Cuando los capilares sanguíneos son frágiles, tienen más tendencia a dilatarse y a ser más permeables, por lo que se originan fenómenos inflamatorios en el interior de la piel y aparecen las rojeces. A largo plazo, el fenómeno empeora y los capilares, cada vez más dilatados, terminan siendo rojeces permanentes en forma de:
- Eritrosis: rojez difusa pero permanente que se localiza habitualmente en las mejillas.
- Rosácea: capilares sanguíneos marcados.
- Rosácea inflamatoria: granos rojos a veces inflamados, e incluso infectados.
- Cuperosis: rojeces permanentes que aparecen habitualmente en la nariz y las mejillas y que semejan pequeñas telas de araña. En medicina se conoce como telangiectasia.
Para combatir la piel rosácea, con rojeces o cuperosis, en Clínica Carmen Pérez recomendamos el tratamiento mediante IPL y láser de Neodimio Yag, dos técnicas altamente efectivas con muy buenos resultados.